Claves para impulsar la logística verde

logística verde

El sector del transporte y la logística genera el 14,19 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadística. Casi el 90 % de estas emisiones corresponden al transporte por carretera, aunque el resto de las actividades logísticas también tienen un peso creciente en el impacto medioambiental del sector.

Tras la caída sufrida durante la pandemia, se han recuperado (e incluso superado en algunos casos) los niveles de emisiones y consumo de energía de esta actividad. Por ese motivo, la logística verde cada vez tiene un papel más relevante en las políticas ambientales de las empresas del sector, que se ven sometidas a una doble presión: por parte de las regulaciones ambientales y por parte de los consumidores, cada vez más concienciados respecto a esta materia. ¿Pero cuáles son las claves para impulsar la logística sostenible con eficacia y rentabilidad?

Qué es la logística verde

Aunque la logística sostenible es un tema recurrente en el sector desde hace años, en los últimos tiempos se ha registrado un cierto declive entre las compañías del sector. La pandemia, la crisis del sector del transporte y la crisis de suministro global han hecho que las políticas de logística ambiental hayan perdido peso en las agendas estratégicas de muchas compañías.

En este sentido, una de las conclusiones que arroja el XII Barómetro del Círculo Logístico dado a conocer durante la feria SIL 2022 es que un 72,3 % de las empresas industriales españolas manifiestan estar comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Esta cifra supone un retroceso del 6,1 % en relación con el anterior barómetro hecho en 2020. Además, un 6,4 % de las empresas que han participado en el estudio señalan la falta de compromiso de sus organizaciones con los ODS. Datos sin duda preocupantes que reflejan cómo las cuestiones ambientales han pasado a un segundo plano en las prioridades del sector.

Esto hace más importante que nunca incidir en la importancia de la logística sostenible y concienciar a todos los actores implicados (cargadores, operadores logísticos, transportistas, profesionales y consumidores) aprovechando los momentos en los que estas cuestiones se ponen en primera línea, como el Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra el 5 de junio.

Aunque, ¿qué entendemos exactamente por “logística verde”? También conocida como “green logistics”, se refiere al conjunto de políticas y medidas encaminadas a reducir el impacto ambiental provocado por el transporte y la logística en todas sus facetas de actividad.

Como señalábamos al principio, el transporte sostenible es la faceta en la que se suele incidir en primer lugar. De hecho, en su informe sobre Transporte 2021, la Agencia Internacional de Energía (AIE) indicaba que, a pesar de la caída global de 10 % en las emisiones de CO2 en 2020 debido a la pandemia, los patrones de movilidad personal, las cadenas de suministro globales y los viajes nacionales e internacionales siguen en aumento. En este sentido, este organismo asegura que conseguir el Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050 requiere que las emisiones del sector del transporte disminuyan un 20 %, hasta 5,7 gigatoneladas en 2030.

Sin embargo, la logística verde tiene un alcance más amplio que el transporte, pues abarca todos los procesos, estructuras, sistemas y equipos empleados en el transporte, distribución y almacenamiento de mercancías. Se trata de reducir el impacto ambiental en todas las etapas de la cadena de suministro para lograr una reducción del consumo de energía y las emisiones.

Beneficios de la logística verde

En la actualidad, la logística verde forma parte de las estrategias de responsabilidad social corporativa de muchas empresas del sector. Esto puede llevar a pensar que su objetivo principal es la mejora de la imagen pública de la compañía, aunque su impacto va más lejos.

Entre los beneficios de la logística verde para las empresas, figuran los siguientes:

  • Reducción del consumo de energía, lo que supone un importante ahorro económico.
  • Optimización de los procesos de trabajo, al aumentar la productividad del personal.
  • Uso más sostenible de los recursos, por ejemplo, los embalajes y sistemas logísticos.
  • Cumplimiento de la normativa ambiental y prevención de posibles sanciones.
  • Mejora del bienestar de los empleados, al trabajar en entornos más saludables.
  • Ventaja competitiva frente a la competencia, como elemento diferenciador.
  • Fomento de la innovación en la empresa para ser más competitiva en el futuro.
  • Valor añadido ante los consumidores, que permite atraer y fidelizar a más clientes.

En definitiva, el objetivo de la logística verde es alcanzar un equilibro entre el desarrollo de la actividad económica y el impacto ecológico de la misma, intentando que la incidencia del sector en el medioambiente sea lo más reducida posible y compensando los efectos inevitables.

¿Cómo implantar la logística verde en tu empresa?

Actualmente, existe una amplia variedad de medidas que las empresas pueden adoptar para incorporar los criterios de la logística sostenible en su actividad. A continuación resumimos los aspectos clave que permiten lograr el equilibrio deseado en el ámbito de las “green logistics”.

Incluir criterios ambientales en el aprovisionamiento

La logística verde empieza por el primer paso de la cadena de suministro, es decir, el aprovisionamiento. Es posible reducir el impacto ambiental de las mercancías con criterios como la elección de proveedores de proximidad que reduzcan la distancia recorrida por las materias primas o productos acabados; la búsqueda de fabricantes y suministradores que acrediten una gestión ambiental responsable; y la exigencia de criterios de eficiencia en el suministro, por ejemplo, mediante el uso de vehículos con cargas completas y de embalajes sostenibles.

De esta forma, cada producto “nace” con una menor huella medioambiental.

Crear infraestructuras logísticas más sostenibles

Los almacenes no refrigerados consumen una media de casi 0,7 kW/h por metro cuadrado, cifra que se dispara en el caso de los almacenes con temperatura controlada. Existe un amplio margen de mejora de la eficiencia energética en las instalaciones logísticas, desde el aislamiento general de los edificios hasta el sellado de los muelles y puertas de carga, así como el consumo de los equipos de manipulación, iluminación, climatización y ventilación, etc.

También es muy recomendable plantear la implantación de energías renovables, por ejemplo aprovechando la cubierta para instalar placas solares destinadas al autoconsumo industrial, como forma de complementar los esfuerzos realizados en las políticas de logística ambiental.

Aunque en la construcción de inmuebles logísticos se suele priorizar el coste frente a la eficiencia, con los altos precios actuales de la energía, la eficiencia de los almacenes o centros de distribución es cada vez más importante para que salgan las cuentas a los operadores.

Digitalización y automatización de los procesos

En el marco de la llamada Logística 4.0, se están promoviendo los almacenes inteligentes, en los que la robotización y la digitalización tienen un papel fundamental. Aunque a priori pueda parecer que estas tecnologías tienden a incrementar el consumo de energía, las eficiencias que permiten a medio y largo plazo hacen que sean imprescindibles para una logística sostenible.

Por ejemplo, la creación de un almacén automatizado para Cepsa en Cádiz permite a la empresa gestionar más de 28.000 palets en apenas 4.500 m2, con el ahorro que supone en suelo, climatización, iluminación, mantenimiento, etc. Por otro lado, la adopción de soluciones de gestión documental evita el consumo de papel y hace que los procesos sean más rápidos, seguros y sostenibles, lo cual supone un doble beneficio en términos de logística verde.

Mejorar la gestión de inventarios y la logística inversa

Una vez que se ha incidido en las políticas de aprovisionamiento, el diseño de los espacios logísticos y la forma en que se trabaja dentro de ellos, el último aspecto a abordar es la racionalización de los servicios logísticos. Se trata de optimizar la gestión de los inventarios y el uso de servicios de transporte y distribución mediante estrategias como por ejemplo:

  • Cross docking: el proceso de cross docking consiste en reducir al mínimo la manipulación y el almacenamiento de la mercancía, intentando que salga para su distribución en el mismo día en que se recibe, con el fin de reducir el tiempo que pasa en el almacén.
  • Externalización: a menudo, el outsourcing de los procesos logísticos a un operador de servicios 3PL permite mejorar su eficiencia y sostenibilidad. Esto se debe a que, al tratarse de proveedores especializados, consiguen economías de escala que las empresas no podrían alcanzar por sí mismas en la gestión de sus procesos logísticos.
  • Backhaul: se trata de aplicar la gestión de flotas y la planificación de las rutas con el fin de completar la carga de un vehículo en cada trayecto y evitar los desplazamientos en vacío, aprovechando por ejemplo el viaje de vuelta para la logística inversa.

Finalmente, también la logística inversa ofrece un amplio recorrido para reforzar la logística sostenible. Mediante la puesta en marcha de programas para la retirada de productos obsoletos, el reacondicionamiento o reutilización de los mismos, la recuperación de embalajes reciclables, etc. se puede promover una economía circular que impulse las “green logistics” o logística verde.